No importa cómo sea tu físico, no importa tu exterior.
Muchas personas le damos mucha importancia a la apariencia física de otra persona y, cuando nadie nos ve, nos machacamos a nosotros mismo para mejorar nuestra figura. A veces me pregunto por qué lo hacemos porque, a mi parecer, no tiene nada de malo no se genéticamente perfecto, cada uno tenemos nuestras características.
Suelen decir que las bajitas somos adorables, casi siempre cierto, pero no tiene por qué, otra persona que no lo sea puede serlo perfectamente. Suelen decir que las altas tienen unas piernas preciosas, que las pelirrojas son sexys, las rubias suelen tener un cuerpo precioso, las chicas/os con ojos claros son la preferencia de todos, los chicos altos y con el pelo un poco largo son guapos, los que tienen un aire de chico malo atractivos...
Puede que todas esas cosas, esos estereotipos, sean ciertos pero lo peor de todo es que nos lo hemos creído. A veces nos miramos al espejo y en vez de ver nuestro propio reflejo y gustarnos a nosotros mismo, vemos reflejado en ese espejo el cuerpo de la persona que nos gustaría tener. Al pensar eso nos hundimos y pensamos que nada nos queda bien, comenzamos a utilizar ropa distinta y finalmente acabamos cambiando.
No voy a decir las típicas frase de "La belleza está en el interior" o "El cuerpo se acaba deteriorando", pero si voy a decir que, al final, todos esos perjuicios pueden causar que tu personalidad cambien y eso es lo que no debemos cambiar por ese tipo de inseguridad.
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